jueves, 3 de enero de 2008

Un paseo por el centro de Málaga.

Da gusto pasear al mediodía por el centro, las tiendas cerradas, la gente recogida, las calles casi desiertas, lejos del ajetreo de las mañanas. Málaga se convierte de pronto en una ciudad fantasma, tranquila y un poco triste. Estas fotos están tomadas en pocos minutos.




Una tienda de mimbres, de toda la vida, me pregunto cómo sobrevive. Imagino que pronto será un bar de copas o un restaurante de diseño wok-out o algo así. Al tiempo. Yo conservaría la fachada y los rótulos, por lo menos, no?




El mercado de Atarazanas, una reliquia en restauración...ya era hora.

Los puestos de flores de la Alameda...los pocos que quedan.



Las casas del siglo XIX ya no aguantan...el truco es asegurar la fachada con andamios, derruir el interior por completo y hacer un nuevo edificio.



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